sábado, 3 de enero de 2015

Vestido de novia (2009) de Pierre Lemaitre (1951)

Acabo de terminar esta novela policíaca, de este autor francés que ganó el Goncourt del 2013.

Como sabéis hay varios tipos de novelas policíacas. El genuinamente inglés con Holmes como gran maestro, seguido por el Padre Brown y Hercules Poirot, estupendos ambos. Son los clásicos whodunits (¿quién lo hizo?) en mundos generalmente cerrados y estáticos en los que al autor le preocupa la dificultad del problema y la inteligencia deductiva del investigador para encontrar la verdad sin que le quite el sueño lo real o artificial del elenco o de la historia. Esta línea se ha mantenido, pero cuidando más el retrato de personajes, en las novelas de policías, como el Inspector Kurt Wallander, el Comisario Montalbano o el Inspector Jefe de Scotland Yard Adam Dalgliesh de la recientemente fallecida PD James. Maigret es una excepción por la importancia que tiene el componente humano en sus investigaciones..

Otra línea es la de la novela negra, que podemos decir empieza en USA con Hammett, al que le siguen Chandler, Goodis, Thompson, Leonard y una pléyade de autores que forman las colecciones de la Biblioteca Oro de Molino, de El Séptimo Círculo de EMECÉ, de  Bruguera o de Etiqueta Negra de Jucar, y que han sido fuente de enorme disfrute. Son novelas que puede tener interés el ¿quién lo hizo?, pero lo realmente más atractivo es seguir la lucha del protagonista por sobrevivir y conocer la verdad en un mundo hostil, abierto y dinámico. Está claro que al autor le preocupa mucho el dibujo de ese ambiente y la consistencia de los personajes, que por lo general no son malos totales ni buenos de altar, sino de una enriquecedora complejidad sumamente sugestiva.


El éxito de Anibal Lecter de El silencio de los corderos, John Doe de Seven, Amy Dunne de Perdida convertidos en la quintaesencia del mal, hizo que el cupo de malos integrales creciese notablemente. Al tiempo que los buenos se hicieron mucho más crueles. La novela policíaca francesa, la nórdica y la tradicional de habla inglesa acabaron padeciendo de iguales excesos y parecidas simplificaciones.       

Vestido de Novia es una novela más bien de malo y de víctima menos mala, pero tirando a serlo. El interés está magníficamente dosificado y no puedes abandonar su lectura hasta haberla terminado. No llega a 300 pg. y está dividida en cuatro partes, la segunda algo descompensada respecto a las restantes.

Le he puesto XXX1/2, y está a vuestra disposición.

Rafa 

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