miércoles, 4 de diciembre de 2013

Mapa dibujado por un espía (2013). Guillermo Cabrera Infante (1929-2005) ****

Obra póstuma de este escritor cubano que pasó de la implicación total en le revolución cubana, al exilio. El libro sigue con toda la fidelidad posible un escrito que se encontró después de su muerte y que el autor nunca decidió publicar por razones que se descubrirán en la lectura. (Quizás el autor trató de ocultar a su mujer sus aventuras amorosas en esta estancia en Cuba. ¿Chi lo sá?)

El autor nos cuenta su estancia en La Habana durante cuatro meses del año 1.965. Cabrera Infante estaba en aquellos tiempos en Bruselas con su mujer como Agregado Cultural en la Embajada de Cuba y vuelve a La Habana por la muerte de su madre. Allí se encuentra con una situación económica y social mucho peor de la que dejó. Cuando está en el aeropuerto esperando la salida de su vuelo de vuelta a Bruselas se encuentra con que las autoridades no le permiten volar sin darle ninguna explicación. Empieza así su estancia de cuatro meses en los que convive con su familia y con sus amigos a la espera de conseguir que le dejen salir de Cuba con sus dos hijas de su primer matrimonio, que es lo que está deseando. 

Una de las sorpresas que se encuentra es que el Ministerio del Interior tiene un departamento que se llama “Lacras Sociales”, que vigila a los ciudadanos en su sexualidad y en su comportamiento, es decir a maricones, lesbianas, noctámbulos, y gentes raras o exquisitas. En La Habana no hay de nada, ni ron, ni café, ni refrescos, ni carne ni verduras ni pescado fresco, pero él sigue haciendo vida nocturna en la que liga que se mata.

Dice Antoni Munné en el prólogo: Mapa dibujado por un espía es un libro triste, melancólico. La historia de una gran desengaño, el espectáculo de la delación permanente.

En resumen, un testimonio de un revolucionario que, como otros amigos suyos, ha caído en desgracia por ser sospechoso de no seguir los dictados del régimen. Una historia vieja como el mundo. Le pongo ****

Os recomiendo ver la crónica que ha hecho Fernando Aramburu. Este es el enlace:

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