viernes, 13 de diciembre de 2013

El guardián en el centeno (1.951) Jerome David Salinger (1.910-2.010) **** 1/2


















Titulado en ingles “The Catcher in the Rye”, es  al menos en el mundo anglosajón un libro mítico que nos muestra al joven de diecisiete años de edad Holden Caulfield en su época de angustia, alienación, inmadurez, y desorientación respecto a su lugar en el mundo.
  
Ha sido desde entonces un libro polémico que muchos profesores han recomendado como lectura para sus alumnos adolescentes mientras que otros profesores han prohibido su lectura. Sigue siendo uno de los libros más valorados en EEUU y se venden unas 250.000 copias al año.

Holden nos cuenta en primera persona lo que piensa de sus compañeros de colegio, de sus profesores, de las situaciones en las que se encuentra, y de sus sentimientos continuamente cambiantes sin encontrar un momento de paz y serenidad. Hijo de una familia acomodada, ha sido expulsado de varios colegios y su relato empieza en el momento en que le acaban de echar del último internado. El relato dura a penas tres días desde la huida del colegio hasta su peregrinaje por Nueva York.

Usa el lenguaje adecuado al de un joven inadaptado y poco preparado académicamente. En cierto modo es autobiográfico pues Salinger tampoco era un buen estudiante y tuvo problemas de adaptación en el colegio por lo que su padre le acabó enviando a una escuela militar al igual que hace el padre de Holden. Tanto Salinger como Holden formaban parte del equipo de esgrima de sus colegios.

Me ha costado ponerme en la piel de Holden, porque yo tenía su edad hace más de 50 años, y porque Holden es implacable y no da ni una pequeña tregua en su relato.


Holden nos sorprende con esta reflexión que da origen al título del libro:

“¿Sabes lo que me gustaría ser? ¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir? (…) Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan a él. En cuanto empiezan a correr sin mirar adónde van, yo salgo de donde esté y los cojo. Eso es lo que me gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería pero es lo único que de verdad me gustaría hacer. Sé que es una locura”

O esta otra:

“Los libros que de verdad me gustan son esos que cuando acabas de leerlos piensas que ojalá el autor fuera muy amigo tuyo para poder llamarle por teléfono cuando quisieras”

Le pongo **** 1/2

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