viernes, 3 de mayo de 2013

Lucky Jim (La suerte de Jim) (1954) de Kingsley Amis (1922-1995)



Escritor Londinense, padre del también novelista Martin Amis, con el que tuvo una relación tormentosa, fue catedrático en la universidad de Sawnsea en Gales y en Cambridge. Escribió más de veinte novelas, algunas de ciencia ficción y de la saga de James Bond, poesía, ensayo y guiones. De su obra he leído Una chica como tú (1960), que me gustó y Los viejos demonios (1986),  Premio Booker, que no me entusiasmó.

Este libro, impertinente con la universidad y sus catedráticos, inaugura en los cincuenta, aunque de forma fresca y satírica, la época de los escritores airados, como John Osborne, Mirando hacia atrás con ira (1956) o Alan Sillitoe, Sábado por la noche y domingo por la mañana (1958).

Jim Dixon es profesor adjunto de Historia Medieval de una universidad de provincias, que malvive entre la explotación del encargado de la Cátedra y la de una medio-novia depresiva, pero mantiene el tipo gracias a sus travesuras, sus cervezas y su habilidad para escurrir el bulto. Dista de ser ejemplar, pero es una persona entrañable, pariente cercano de los pícaros clásicos.
  
Amis con gran maestría nos relata los malos ratos, mezquindades y trompas de su protagonista, en una novela en la que predominan las secuencias largas: la cena musical; el baile de la universidad; la conferencia sobre la Inglaterra Medieval, el viaje en autobús a la estación, cuya evocación provoca una sonrisa.  

A Jim se le ocurren ideas curiosas para salir de su situación:

Yo soy el detector de aburrimiento. Soy un instrumento de gran precisión, que sería enormemente rentable a un millonario. Este me enviaría con cinco minutos de antelación a cenas y eventos, y con sólo echarme un vistazo podría leer el nivel de aburrimiento de la reunión. Como el canario en la mina.   

El libro, ignoro el motivo, no fue editado en España hasta el 2007. Lo he leído en su versión original en Kindle y lo he pasado muy bien.
Le he puesto XXXX

Rafa

1 comentario:

Diego dijo...

Otro tono que el que da Williams en "Stoner" Quizás sea el momento de leerlo para suavizar la melancolía de "Stoner"

De Martin Amis leí "La casa de los encuentros", que no me gustó mucho.