sábado, 28 de noviembre de 2009

Invisible de Paul Auster

Siento haber pulsado precipitadamente una tecla e introducido una entrada sin texto. Ahí va lo que quería escribir.

Acabo de terminar la edición inglesa de este libro que publicará Anagrama la próxima semana.

Trilogía de Nueva York nos pareció pedante y pelma, Palacio de la luna, que fué el primer libro suyo que me gustó (tampoco tuvo buena crítica en este blog) dio pie a que leyera un pilón de libros, casi veinte, de este premio Príncipe de Asturias, algunos muy malos, otros vaya y algunos muy buenos.

Esta novela tiene una escritura fluida y se lee a todo meter sin que en ningún momento decaiga el interés. En mi caso he llegado al final sediento de más páginas y con la impresión que faltaban capítulos que completasen la historia narrada por tres personas y desde varias perspectivas.

El protagonista tiene mucho que ver con el propio Auster: Judío; estudiante de literatura en la Universidad de Columbia; estancia en París.

Pero el libro no va por derroteros autobiográficos sino que con la aparente sencillez de una novela policíaca plantea algo tan complejo como es la dificultad e interés por hacer explicables unas vidas y desvelar su ambigüedad.

Clancy Martin, en su crítica del New York Times (que recomiendo leáis después de terminado el libro, ya que lo destripa), y que, con razón, últimamente le ha dado unos palos tremendos, considera que este es el mejor libro que ha escrito Paul Auster. Yo no llego a tanto y lo he calificado con XXX1/2.

Copio un fragmento de su crítica donde expresa una de las claves de la novela:

El amor siempre es invisible, y en nuestro mundo de cerril materialismo es importante recordar que nuestro mayor bien es algo que no podemos ver o asir, y mucho menos tratar de entenderlo buscando ondas cerebrales en los escaners. Lo que consideramos el mundo real, no es el mundo más importante para nosotros: la substancia de nuestra vida acontece en un entorno invisible.

Un abrazo

Rafa

miércoles, 25 de noviembre de 2009

"Misa Negra" de John Gray



Libro que me prestó, con su recomendación, mi cuñado Juan, y que he leído con gusto. El autor es un politólogo de éxito en el mundo anglosajón desde cuya perspectiva cultural escribe sobre los destinos de la humanidad. Hace un repaso de la sangre derramada desde la Revolución Francesa, pasando por los bolcheviques, los nazis, y más recientemente por la guerra de Irak.

Su tesis es que, estos males se generaron por dos razones, la primera, que los gobiernos occidentales creyeron que la acción política podía originar una modificación de la condición humana, y dos, que, algunos de ellos creyeron que el terror de origen humano tenía la capacidad de crear un mundo nuevo. Con estas dos hipótesis hace un análisis descarnado del desastre de la guerra de Irak. Da mucho miedo comprobar que los EEUU fueran capaces de meter a su país en la guerra de Irak manipulando a sus ciudadanos, y que estos reeligieran a George W. Bush.

Una pena que, cuando da su opinión sobre el futuro próximo, solo mencione de pasada el calentamiento global, y no mencione para nada el sistema económico actual. Predice, con Fukuyama, que las grandes guerras entre países se han acabado, y recomienda el realismo como sistema de actuación.

Es una pena que el autor no se aleje un poco más para tener perspectiva, como hacía mi querido Claude Lévi-Strauss recientemente fallecido.

La edición es de Paidós, tiene unas 300 páginas, y un índice bibliográfico amplio. Le pongo tres estrellas y media y se lo recomiendo a los que les guste el ensayo político.

Un abrazo.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Todo lo que muere - John Connolly

Entretenida sin más esta novela de asesinos en serie que fue la primera de John Connolly, y por la cual recibió un montón de premios en EEUU (aunque él es irlandés). Luego ha escrito otras nueve con el mismo protagonista (el detective Charlie Parker) y está escribiendo la décima.

A favor hay que decir que engancha bastante y no te aburres en ningún momento, y además el litro de sangre sale a céntimo de euro. La recomiendo como acompañante en un viaje largo de avión - se puede leer casi del tirón - o como novela playera para el que no quiera complicarse la vida. Yo me la he leído en inglés para refrescar un poco el idioma y para el que quiera practicar el idioma es buen libro.

Desde el punto de vista de estilo no tiene absolutamente nada, es prácticamente un guión cinematográfico para una peli tipo Seven. El detective en cuestión es un cero a la izquierda al lado de Sam Spade o Pepe Carvalho, por muy ex-alcohólico que sea y muchos fantasmas que le atormenten. Los secundarios tampoco me acabaron de convencer y, quizás lo más achacable por el tipo de novela de suspense es que a mitad de libro es bastante evidente quién es el malo, y a los tres cuartos evidentísimo. El final, sin destripárselo a nadie, es de peli de Hollywood, o sea también predecible.

Le pondría **1/2.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Eneida de Virgilio

Aunque seguro que para los bloggers es sobradamente conocido, me tomo la libertad de daros la vara con este introito.

Virgilio vivió entre el 70 y el 19 a.C., años turbulentos de guerras civiles entre Julio Cesar y Pompeyo primero y entre Augusto y Marco Antonio después.
Cuando Augusto toma el poder quiere iniciar la reconciliación nacional y encarga a Virgilio un poema que ensalce las gestas del Emperador.
Virgilio se pone a trabajar el año 29 y va derivando el argumento de su poema épico al viaje de Eneas desde Troya a la desembocadura del Tiber y su establecimiento en el Lacio, mostrando que con él se inicia la historia de Roma, que tendrá su culminación en su descendiente Augusto.

No parece que Virgilio estuviera muy satisfecho de la propaganda política de Augusto contenida en su poema y cuenta la tradición que antes de publicarlo y viendo próxima su muerte pidió fuera quemado.

El poema, muy homérico en su estilo y metro, está dividido en doce libros: los seis primeros son una maravilla y nos cuentan la caída de Troya y la huída, con sus familiares y compañeros, del piadoso Eneas llevando a hombros a su padre; los viajes tempestuosos; sus amores con Dido (primera reina de Cartago); la muerte de Dido (¡qué joya el aria de de la ópera de Purcell!); el descenso a los infiernos y la llegada de los troyanos a Italia.
Los seis últimos son de guerras y muertes , semejante a la Iliada pero lejos de alcanzar su grandeza.
Sin embargo se aprecia, algo muy personal, probablemente reflejo de las muertes vividas por el autor, que muestra en partes del relato un tono elegíaco y un cansancio por la dificultad de detener la guerra y llegar a pactos duraderos para lograr la paz.

A pesar de que la segunda parte baja, el conjunto me ha gustado y no es baladí que Dante eligiera a Virgilio como su guía en el descenso a los infiernos, donde curiosamente encuentran al astuto Ulises.

He leído la versión de Rafael Fontán Barreiro , en una edición económica, pero muy bien editada por Alianza Editorial (la misma versión que se puede leer o bajar de Google).

Le he puesto xxxx1/4

Un abrazo

Rafa

viernes, 6 de noviembre de 2009

El hombre que sabía demasiado de G. K. Chesterton

No hablo de la novela en que se basó la película de Alfred Hitchcock y su Que sera sera..., sino de unos excelentes relatos policíacos protagonizados por un personaje de aspecto cansino llamado Horne Fisher, pariente y conocido de aristócratas y políticos y que con aire apesadumbrado confiesa:
- Sé demasiado, ese es mi problema. Sabemos demasido los unos de los otros y sobre nosotros mismos.

Los cuentos de Chesterton son aparentemente sencillos, sin embargo el número y dibujo de personajes, la originalidad de los enigmas, la consideración de que el lector es inteligente y que no hay que repetirle nada, y sus brillantes soluciones te obligan a mantener la mente despierta y a gozar doblemente con su lectura. Además tienen un gran sentido del humor.

El libro consta de ocho cuentos de los que destacan: El rostro en el blanco, El pozo sin fondo y El templo del silencio.

Editado por Acantilado, 236 pag. y lo he calificado con xxxx

Rafa

Hablado, impreso, traducido.


NEC, empresa japonesa de electrónica, ha presentado estas gafas en la Feria de Tokio. Lo que hacen es pasar a texto lo que dice el interlocutor, y proyectar en las gafas dicho texto como si fueran los subtítulos de una película. Además puede hacerlo traduciendo de un idioma a otro. Reflexiono sobre lo hablado y lo escrito, lo escuchado y lo leído, y sobre las dificultades para entender lo que realmente quieren decir las personas cuando dicen algo. Añado al menú los idiomas. ¿No se les llama intérpretes a las personas que traducen mientras alguien habla? ¿Qué intrepretan? Estoy esperando que Juan José Millás escriba algo creativo sobre el tema.

Por otro lado le han concedido el Premio Nacional del Comic a "Las Serpientes Ciegas" del guionista Felipe Hernandez Cava y el ilustrador Bartolome Segui. Habrá que verlo, leerlo, e interpretarlo.

Se nos han muerto varios ilustres centenarios, Ayala, Levi-Strauss; siempre tendremos sus libros.

Un abrazo

lunes, 2 de noviembre de 2009

La Ciudad de los Prodigios - Eduardo Mendoza

Me ha costado lo suyo terminar esta novela y no es culpa del libro sino del lector que la verdad he entrado un poco en barrena después de las vacaciones.

Me lo habían recomendado con entusiasmo y la verdad es que ha estado un poco por debajo de mis expectativas, aunque es una buena novela.

A su favor diría que es de lectura gustosa y fácil, este Mendoza tiene bastante buena pluma y sin perderse en florituras hace una prosa muy legible. El contexto histórico también es interesante ya que tiene lugar en una época a la que nunca llegábamos en clase de historia (principios del siglo 20) o llegábamos tan apurados que solo daba tiempo a hablar un poco de la 2ª república y la guerra civil española.

Quizás lo que le hace perder algunos puntos en mi opinión es que el personaje principal no acaba de ser redondo. Yo no me acabé de identificar con él, y eso que el libro no es corto.

De Eduardo Mendoza leí en su tiempo Sin Noticias de Gurb, que me pareció tronchante. Este tiene puntos de humor pero son menos de carcajada.

Le pondría ***.