domingo, 13 de abril de 2008

Los libros no aparecen en las películas

Manuel Vicent expone en este artículo de El País el hecho de que el cine y otras formas de expresión modernas han sustituido al libro.

http://www.elpais.com/articulo/ultima/Pantallas/elpepuopi/20080413elpepiult_1/Tes

Termina diciendo: "Se trata de saber qué tiene más fuerza todavía, si la imagen literaria que conservamos en la memoria después de la lectura o la visión de toda esa fantasmagoría de luces y sombras. Qué deja un oro más profundo en el alma, la goleta Hispaniola navegando rumbo a la Isla del Tesoro a través de las páginas del libro o Gary Cooper soplando la boca del revólver en la pantalla"

Opino que este problema que plantea Vicent no tiene una sola solución. Cada uno, según su condición, conservará en su memoria una y otra imagen y las evocarán de distinta manera dependiendo de las circunstancias. Lo maravilloso es que tengamos cada día más posibilidades. Naturalmente hay que leer "La isla del tesoro", y hay que ver "Solo ante el peligro", para poder evocar ambas imágenes; los que no lo hayan hecho. se pierden "el oro más profundo en el alma"

"El diablo y el ron se llevaron al resto"

Diego

1 comentario:

Rafa dijo...

El nacimiento y la súbita y directa entrada en nuestro ser de una sensación o sentimiento de gran pureza y fuerza: angustia, terror, risa, alegría, pura emoción o aventura es algo que el cine ha logrado como ningún arte antes lo había hecho y consiguiendo además que esa imagen persista en nuestra memoria, y sea la referencia de esas sensaciones o sentimientos.

Hay mil ejemplos, como muestra: la galopada de "La diligencia"; la ducha de "Psicosis, el baile de Kelly bajo la lluvia; los hombres con largas gabardinas saliendo de los matorrales en "Hasta que llegó su hora".

La literatura también nos absorbe y emociona. Mientras leemos como el ciego entrega la "mota negra" estamos en vilo y todo lo que pasa alrededor nos es ajeno. Sin embargo estas imágenes no son tan sencillas de recordar, y hay que volverlas a recuperar a través de una nueva lectura, que con seguridad aportará una nueva emoción, sin duda distinta, pero que se complementará con la primera.

Rafa